sábado, 21 de mayo de 2011

ACTIVIDAD BLOQUE 4: ADAPTACIÓN

Para realizar esta actividad la profesora nos contó su adaptación de Toda clase de pieles de los hermanos Grimm. A partir de esta debemos hacer nuestra adaptación.

Había una vez en un lejano país, un rey y una reina jóvenes y muy guapos.
El rey era precioso, se podía decir que era la persona más guapa de todo el reino.  Ambos estaban muy enamorados del otro.
El único problema que tenían es que estaban casados y  la reina no conseguía tener hijos, para tener un heredero en el reino.
Hasta que un día la reina consiguió quedarse embarazada. Y todo fue alegría y fiesta en la corte.
Después de nueve meses la reina dio a luz, un niño. Los reyes estaban muy felices con su hijo.
A las pocas semanas el rey comió algo que le debió de sentar muy mal y enfermó. Se puso tan tan malo , que sabía que no iba a salir de esta, entonces decidió ir a hablar con su mujer para decirla que la quería mucho, que cuidase mucho de su hijo, que siguiese a delante, que no se quedará pensando en él, que era muy joven y que necesitaba a alguien para cuidar a su hijo. Así que le dijo que buscase otro marido, pero poniéndola una condición:  el hombre con el que te cases tiene que ser más bello que yo. La reina le dijo que no se preocupara por eso, que ahora lo que tenía que hacer era descansar. A los pocos día las rey murió y la reina estaba muy triste. Se consolaba viendo al bebé, hablando con el bebé, aunque realmente estaba muy triste porque estaba muy enamorada de su marido.
Fueron pasando los años, y la reina no quería casarse, el niño iba creciendo. Era un niño muy guapo, muy divertido, en el reino estaba todo el mundo encantado con él.
Los consejeros del rey le decían que tenía que volver a casarse, que lo ideal es que lo hiciera y tuviera más hijos.
La reina, aunque no tenía muchas ganas, empezó a pensar en esto seriamente e hizo llamar a los  jóvenes de otros reinos, a los hijos de los nobles, a los pretendientes de las casa reales… Todo esto recordando siempre que se debía casar con el hombre más hermoso.
Empezaron a traerle un montón de príncipes… y por mucho que miraba no encontraba a ningún hombre que fuera más bello que su mujer.
Ya que se había hecho a la idea de casarse, pues se puso a buscar más allá, no solamente a príncipes, si no a gentes nobles de otros reinos . Hacía fiestas para que vinieran príncipes, gente de dinero de distintos sitios… Pero de todos los que vio ninguno era más bello que su marido. Asi que se puso a buscar por  todos los rincones del planeta, le daba igual que fuese plebello, lo que quería era un marido, le daba igual ya que fuese incluso tonto…ya que le había hecho una promesa a su esposo.
Pasaba el tiempo y el rey no encontraba nada. Con toda la búsqueda el príncipe se fue haciendo mayor, tenía alrededor de quince, dieciséis años, ya era un jovencito, muy guapo.
Un día que estaban cenando la reina y el príncipe, le reina se le quedó mirando y le dijo que ya estaba hecho todo un hombre y que era muy guapo, más guapo incluso que su padre.
El príncipe le dio las gracias, terminó de cenar y se fue a dormir.
Y la reina se quedó dándoles vueltas a la cabeza, y llegó a la conclusión de que el destino había querido que se casara con su  hijo.
Al día siguiente, la reina mandó llamar al príncipe y le dijo que se tenían que casar, que así lo había querido el destino, que era la única persona de todo el mundo más guapa que su padre.
El príncipe se quedó muy sorprendido y  le dijo que él la quería mucho ,pero como su madre no como para casarse con ella. He intentó convencer a su madre que era una barbaridad, pero la reina estaba cada día más convencido que para cumplir los deseos  de su marido debía casarse con su hijo.
Cuando el príncipe vio que no había otra salida, y que se iba a tener que casar con su madre pensó algo para entretenerla y de alguna manera le pudiera salir alguna pretendienta antes.
Así que el príncipe le dijo a su madre que  sí , pero que antes de nada le iba a pedir un regalo de pedida. Quiero que me regales unas botas tan doradas como el sol, unas botas tan plateadas como la luna y unas botas tan brillantes como las estrellas.
La reina mandó llamar a  sus consejeros y a sus sastres y les dijo que quería unas botas tan doradas como el sol, tenéis que buscar el oro más puro del planeta y con ese deberéis crear el hilo de oro más precioso del mundo y hacerle las botas más bonitas y maravillosas que un príncipe pueda tener. Y tenéis que hacer lo mismo para crear unas botas tan plateadas como la luna, tenéis que buscar la mejor plata del mundo. Y luego tenéis que hacer lo mismo con unas botas tan brillantes como las estrellas, debéis convertir el diamante en hilo y hacer las botas.
Los sastres y consejeros de palacio se llevaron las manos a la cabeza y dijeron que esto les iba a llevar mucho tiempo, incluso años. La reina les dijo que daba igual lo que tardasen, que era el regalo de su hijo. Así que estos se pusieron a trabajar años y medio , dos años hasta que consiguieron tener los tres pares de botas .
Cuando estuvieron hechos, la reina mandó llamar a su hijo. Este vio que cada par de botas era maravilloso, precioso, eran un sueño tener cada uno de los pares.
El príncipe que vio aquellos pensó que tenía que solucionar aquello, así que le dijo a su madre que estaba encantado, que  había conseguido todo lo que quería pero que tenía una última petición, quería un abrigo hecho de toda clase de pieles, con un trocito de cada una de las pieles de  los animales que existen en este mundo. En el momento que tenga el abrigo nos casaremos le dijo.
Así que la reina hizo llamar a sus cazadores y a su sastres para que fuesen diseñando el abrigo con toda clase de pieles existentes.
Casi un año después la reina manda llamar a su hija y le enseña un abrigo maravilloso, algo raro porque tenía todos los tipos de pieles posibles . Era un abrigo que le llegaba hasta los pies, con las mangas muy anchas , y con una gran capucha.
El príncipe al ver el abrigo se desesperó, estaba a punto de cumplir  dieciocho años y se daba cuenta que su madre estaba haciendo todo lo posible por cumplir la promesa de su padre,que había enloquecido pensaba.
Así que pensó que no tenía otra opción que  marcharse del palacio. Recogió los tres pares de botas. Se colgó en una pulsera en la muñeca tres recuerdos que tenía de cuando era pequeño: uno que representaba una devanadera, otro que representaba una rueca y el anillo de bodas de su padre, que lo tenía él guardado. Y se puso el abrigo de toda clase  de pieles y se fue de palacio.
A partir de aquí su vida fue una vida dura, ya que había sido un príncipe muy querido y muy cuidado. Debía tener cuidado con lo que comía, como no estaba segura de lo que podía comer o no, lo que hacía era probar un poquito y si le gustaba se lo comía. De vez en cuando conseguía cazar un animal o pescarlo para comérselo. Pero un mes después de la huida estaba muy delgado , con pocas fuerzas, muy sucio ya que dormía en el bosque en sitios ocultos (buscaba huecos en los árboles, en cuevas…). Se había fabricado instrumentos para poder cazar, sobrevivía como podía.
Al no estar seguro de que se alejaba del reino de su madre, caminaba todo los días y para saber que no estaba dando vueltas al mismo lado , iba marcando su camino.
Cada vez que oía ruidos de gente que iba a cazar o a pasear se escondía, ya que tenía miedo de que le estuvieran buscando.
Un día oyó ruidos de caza, oyó perros, caballos… y se escondió como siempre, esta vez en un hueco de un árbol y se tapó con el abrigo de toda clase de  pieles. Entonces escuchó que cada vez los pasos se acercaban más, y notó que había un perro que estaba olisqueando el árbol y empezó a ladrar. Este se puso muy nervioso y el perro empezó a ladrar, hasta que se acercó una joven. Puso la mano encima de la piel y vio que era una piel fabricada y la levantó y vio al chico. Le preguntó que quién era y él le dijo que no se acordaba, que le dejase en paz que por favor se fuese. Esta dijo que no  que ella era muy amiga de la princesa, que le iban a llevar a su reino para ver que hacían con él.
Al llegar al reino, le llevaron donde estaba la princesa, y esta le preguntó que quién era , que de dónde venía… Este le respondió que no lo sabía. Así que la princesa le dijo, que se quedaba en palacio y que ya le buscaría una ocupación en allí, para que se pudiera quedar.
Como decía que no sabía hacer nada, la princesa le mandó a cargo del cocinero para que  fuese aprendiendo a cocinar y sirviese la comida.
El cocinero de palacio era una persona ya mayor, muy cariñoso, pero un poco protestón. Y al principio se quejó pero luego se portó bien con él.
Todos los días al salir de su habitación se tiznaba la piel, hablaba lo menos posible y se dedicaba a hacer lo que le mandaban para pasar desapercibido y se dedicó a partir de ahí a vivir en las cortes. Eso sí siempre que podía observaba a la princesa. A veces le tocaba a él ir a recoger los platos de la comida de la familia y cuando podía levantaba la cabeza para observar la belleza de la princesa. Siempre pensaba que qué pena que ya que él era un príncipe se podía a ver casado con aquella princesa tan guapa y hermosa. Pero ahí todo el mundo le conocía como toda clase de pieles ya que no tenía nombre y no se acordaba de donde venía.
Pasó más de un año allí y aprendió a cocinar, se relacionaba más con la gente. Todo el mundo le quería mucho porque era muy majo y  cariñoso. Le seguían llamando toda clase de pieles porque  cada vez que salía se ponía su abrigo de toda clase de pieles.
Los padres de la princesa decidieron que su hija ya tenía una edad para buscar a su príncipe, así que decidieron organizar unos festejos, en el que la princesa va a tener la oportunidad de  conocer a los príncipes más bellos y hermosos.
Toda clase de pieles pensó que era una pena, ya que si no le hubiese pasado lo que le pasó con su madre, podría a ver sido un candidato más para esa hermosa princesa.
Llegó el primer día de baile, y estaban preparando en la cocina toda la comida para los invitados y después de la cena que ya estaba casi todo recogido en la cocina, le pidió al cocinero que si le dejaba irse un rato a ver el baile detrás de la cocina. Este protestó un poco pero al final le dejó ir , sin que estuviese mucho rato, ya que había que preparar la cena para después para la princesa.
Toda clase de pieles, salió corriendo, se lavó la cara y las manos , se peinó sus cabellos rizados rubios y se  vistió y se puso las botas tan doradas como el sol. Según entró en el baile del palacio todo el mundo se  le quedó mirando. En el momento que la princesa le vio dejo a la pareja de baile con la que estaba bailando y se fue directa a por él. Le pidió bailar y la verdad es que se entretuvo mucho con él. Cuando este se dio cuenta que estaba terminando el baile le dijo que se tenía que ir.
Se fue corriendo a la habitación se quitó las botas tan brillantes como el sol y se tiznó la piel y se presentó en las cocinas, cuando llegó allí el cocinero le hecho la bronca ya que era tarde y la sopa de la princesa no estaba preparada aún. Así que le mandó preparar la sopa y llevársela a la princesa.
Preparó la sopa que todas las noches se tomaba la princesa para dormir y se quitó uno de los colgantes que llevaba, el colgante que representaba la rueca y lo dejó dentro del bol de la sopa. Se la llevó a la princesa y se marchó. La princesa se dio cuenta que era la sopa más rica que había probado en toda su vida. Cuando estaba terminando vio que había un colgante de oro en el bol. Lo limpió y se lo guardó.
Se bajó a la cocina y le preguntó al cocinero que quién había hecho la sopa. El cocinero dijo que había sido él.
La princesa se fue a su habitación y el cocinero llamó a toda clase de pieles y le preguntó que qué le había echado a la sopa, este dijo que nada.
A la mañana siguiente se despertó muy temprano para preparar la comidan para el segundo día de baile. Y le vuelve a pedir al cocinero que le deje ir a la fiesta. Este al final le acaba diciendo que sí.  Así que se fue corriendo a la habitación , se limpió la piel  y se puso las botas plateadas como la luna y se fue al baile.
En el momento que entró en el baile y la princesa le vio, se dirigió directamente a él. Estuvieron hablando un rato aunque , toda clase de pieles no le decía casi nada sobre él.
Un poquito antes de que terminase el baile se despidió de la princesa y se fue. Llegó a la habitación y  se tizno la piel, se quitó las botas y se fue directamente a la cocina, donde el cocinero le mandó hacer la sopa de la princesa, ya que le había gustado mucho.
Hizo la sopa para la princesa y dejó caer en ella la devanadera que llevaba colgado en su muñeca y se la llevó a al princesa. Esta le dio las gracias y se comió la sopa y al terminarla vio que había una devanadera de oro, así que la limpió y la guardó.
Bajó a preguntarle al cocinero que quíen había hecho la sopa. Y el cocinero le dijo lo mismo que la noche anterior.
La tercera noche del baile, todos los príncipes se había puesto sus mejores galas. Cuando llega la noche toda clase de pieles le pide al cocinero que si le deja ir al baile, este le deja. Se va corriendo a la habitación  , se limpia, se lava y se pone las botas tan brillantes como las estrellas. De forma que cuando entra en el salón del baile todo el mundo se queda quieto mirándole.
La princesa empieza a bailar con él y le pone nerviosa y aprovecha para meterle en el dedo un anillo y él no se da cuenta. Él le dice que se tiene que ir , sale corriendo, se va a su habitación se tizna y se va a la cocina a preparar la sopa para la princesa. Y mete en la sopa el anillo que le ha dado.
Al llevarle la sopa la princesa le dice que se espere ahí a que se la tome, cuando llega al final le saca el anillo. Esta se va a cercando a ella y le pregunta que si el sabía algo acerca del anillo.
Le coje la mano y le saca el anillo y le dice que es la pareja de el suyo, que lo sabe desde el primer día, y que sabía que no era ningún criado, que estaba enamorado de él, que le daba igual quién fuese  y que quería casarse con él.
Se casaron y fueron muy felices y comieron perdices.

1 comentario: